Museo de Histeria Natural

Pienso en comprarme una moto acuática cada vez que me deja esconderme entre sus piernas, que son muchas -las veces, y las piernas- porque ella lo tiene todo controlado.

Creo que alguien debería regalarle una granada de mano a la tía que sueña con explosiones para sentirse más viva y mientras las espera explota un poco por dentro cada día.

La electrocución también es una opción.

Me desmembré en seis partes e hice el poliamor.
¿Y por eso soy promiscua?
Qué de tonterías se dicen, carajo.

Catarsis

Dame una manta porque ya no soporto dormir destapada por las noches, me da igual que haga calor, no consigo dormir si no me tapo.
Si te paras a pensar en todo lo que has hecho, lo que no has hecho, lo que te queda por hacer, lo que han hecho otros, lo que podrían hacer o lo que podrían haber hecho, te mueres.

A veces la gente no tiene corazón.

El chico hacía malabares con la escopeta en los pies como si se encendiese un porro y tuviese que apartar el aire porque estaba convencido de que precisamente esa muestra de thc merecía arder en el infierno.
Los malabares los hacía con lo de dentro, no con las manos, pero colocaban tanto como el porro y tenían más gas que su mechero, la escopeta era de broma, pero te hacía BANG de verdad cuando era necesario, solo por si los malabares se descontrolaban y había que dejar de liarse a besos y empezar a liarse a tiros.

Dramas y Caballeros.

Harta de verlo todo y vivir como si nada, se mira los agujeros, se hace una promesa estúpida y decide que el fin justifica las medias.

Bohemian like you.

Tú y tu empeño en encontrar la palabra DESTINO tatuada en la polla de todos los tios a los que te quieres follar.

Rock or Fuck.

Lo peor de todo no es no tener nada sobre lo que escribir, que llueva y no puedas salir, o que te dejen tirada un día de sol. Lo peor de todo no son los donuts sin glaseado, o los autobuses lentos, o los escalones resbaladizos. Lo peor de todo no es que se hayan comido todo el queso, o que te pisen en el metro. Lo peor de todo no son los dolores de cabeza, o los malos cortes de pelo, o los vaqueros rotos, o las gafas sucias. Lo peor de todo no son los que llegan tarde, o los juegos que no funcionan en tu ordenador, o los libros descatalogados. Lo peor de todo no es el camarero que no te hace ni puto caso, o el café aguado, o los postres sin chocolate. Lo peor de todo no es la cocacola light, o los que no te felicitan en tu cumpleaños. Lo peor de todo no es tener el flequillo sucio, o el telefono sin batería, o romper un espejo. Lo peor de todo no es tener que volver a casa andando, ni que te llamen gilipollas, ni perder un partido. Lo peor de todo no es vomitar, ni que te salga un grano, ni que las patatas lleven demasiada sal.

Lo peor de todo son todos esos capullos que salen de casa sin un puto motivo para tirar a la basura cada papel de chicle que se comen o para desear comerle en coño a la tía que se sienta enfrente de él en el autobús cada vez que un bache deja al descubierto la inexistencia de su sujetador.
Lo peor de todo son todas las tias que teniendo un par de piernas, un par de labios, y un par de tetas, no son capaces de tener un par de huevos y decirle al tio que se sienta enfrente de ellas en el autobús y por el que no se pone sujetador cada jueves, que tiene una caja de caramelos de menta entera y solo para él.

Héroes.

Vamos a beber por los buenos consejos y por el que nos dio una lengua, una polla y un agujero en el culo y después nos prohibió casi todos los movimientos originales y divertidos.

Lo somos.

Estar con él es un jodido retiro de paz, es como darse una ducha caliente después de un día lleno de mierda.
Eso que dicen que hay personas que consiguen cambiar el ambiente de una habitación, y que cuando se van, ese ambiente sigue, esa es la potencia que tienen.

Puedo haber tenido un día malo, una semana mala, da igual, aparece y no pueden estar en la misma habitación él y lo jodido de la vida, y siempre sale ganando él.