Lo peor de todo no es no tener nada sobre lo que escribir, que llueva y no puedas salir, o que te dejen tirada un día de sol. Lo peor de todo no son los donuts sin glaseado, o los autobuses lentos, o los escalones resbaladizos. Lo peor de todo no es que se hayan comido todo el queso, o que te pisen en el metro. Lo peor de todo no son los dolores de cabeza, o los malos cortes de pelo, o los vaqueros rotos, o las gafas sucias. Lo peor de todo no son los que llegan tarde, o los juegos que no funcionan en tu ordenador, o los libros descatalogados. Lo peor de todo no es el camarero que no te hace ni puto caso, o el café aguado, o los postres sin chocolate. Lo peor de todo no es la cocacola light, o los que no te felicitan en tu cumpleaños. Lo peor de todo no es tener el flequillo sucio, o el telefono sin batería, o romper un espejo. Lo peor de todo no es tener que volver a casa andando, ni que te llamen gilipollas, ni perder un partido. Lo peor de todo no es vomitar, ni que te salga un grano, ni que las patatas lleven demasiada sal.
Lo peor de todo son todos esos capullos que salen de casa sin un puto motivo para tirar a la basura cada papel de chicle que se comen o para desear comerle en coño a la tía que se sienta enfrente de él en el autobús cada vez que un bache deja al descubierto la inexistencia de su sujetador.
Lo peor de todo son todas las tias que teniendo un par de piernas, un par de labios, y un par de tetas, no son capaces de tener un par de huevos y decirle al tio que se sienta enfrente de ellas en el autobús y por el que no se pone sujetador cada jueves, que tiene una caja de caramelos de menta entera y solo para él.
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grande como siempre...se huele la rabia!:P
ResponderEliminarDios que GRANDE.
ResponderEliminar¿Sabes lo primero que pensé al leer el título? Rock AND fuck.
Encantada.
Qué autobús más cojonudo.
ResponderEliminarPD: Hola, Mariette. JIJIJIJI.
Hola, Cuac, te vi como seguidora de un blog amigo y decidí visitarte, me pareció muy bueno tu espacio, así que voy a quedarme por aquí como seguidor.
ResponderEliminarSi tienes ganas, te invito a pasar por el mío.
Un saludo desde Argentina.
Humberto.
www.humbertodib.blogspot.com
Las mujeres no necesitamos un par de huevos, digo...sino un par de ovarios, trátese de lo que se trate.
ResponderEliminarPara el caso...
Hola, Cuac.
ResponderEliminarTe he dejado un comentario en mi Blog, en respuesta al tuyo. Pero por si no te vuelves a pasar por allí, te lo dejo aquí también.
Hace mucho tiempo leí unos pasajes de Filón de Alejandría (un personaje que vivió hace unos dos mil años) en los que se mofaba de los ovarios y exaltaba los huevos. El motivo, básicamente, era el pequeño tamaño de los ovarios y que estuvieran internos y no visibles, frente a los huevos, que están ahí, colgando externamente y más grandes. Filón, de esta simpleza anatómica sacaba algunas conclusiones erróneas, como la inferioridad mental e intelectual de la mujer frente al hombre.
Yo creo que desde entonces, prefiero echar ovarios, que no huevos, a las cosas. No sólo en defensa de mis dos “pequeñeces”, sino como elección personal en mi lenguaje diario. Como es evidente, echar huevos o echar ovarios vienen a significar lo mismo, salvo que a veces especifican el sexo de quien pronuncia la frase.
Por eso, y sin necesidad de husmear bajo tu falda, te insto a que sigas echando huevos, ovarios, cojones, tetas o “bonitos interrogantes” (como dices) a los hechos mundanos. Al cabo, eso es lo importante, más allá del lenguaje.
Sólo era una matización...
Saluditos, desde mis pírricos ovarios.