Morí porque era suya.


Yo nunca había sido creyente, pero cuando empecé a follar con él entendí por fin eso de "no nombrarás a Dios en vano" que tanto me desconcertaba de pequeña, cuando pasaba los largos veranos en el pueblo y me aburría tanto que a veces iba a misa. A veces estando con él era tan felíz que tenía miedo, era ese tipo de miedo de quien se ha montado en una montaña rusa y empieza a subir y subir, y solo ve el cielo despejado y el aire fresco le llena los pulmones, pero cuanto más sube sabe que más rápida y brutal será la caida, la intuye, sabe que llegará, pero aún así en ese justo momento se deja llevar porque el ascenso suave, la brisa, las vistas, porque su espalda, su polla, su sonrisa. Y claro, al final acabas de cabeza en el suelo, destrozada pero bien follada, lloras como Alicia pero al final encuentras la llave de la puertecita y no te ahogas, porque a pesar de todo fue una puta Maravilla.

Nunca soñaba con tierra para todos mis agujeros.

No estaba solo todo el tiempo pero casi todas las inundaciones mojaban solo mis pies. No decía siempre la verdad, pero no había nadie que descubriese mis mentiras. Solo tenía un par de zapatos, pero me sobraban todos los pasos. Nunca pensaba en serio que las cosas pudiesen mejorar y nunca sonreía en año nuevo. No necesito que nadie me recuerde donde estoy ahora. No necesito a nadie que marque con tiza todas mis caídas. Sabes lo triste que resulta encontrarse con las sobras sin recordar la comida. Nunca pensé en caballos rápidos ni en cartas altas. Aunque hubiese querido cantar nunca pasé por debajo de tu casa. Mis autobuses no conocían tu calle y tus carteros no recordaban mi nombre. Nunca soñé con tu cuerpo en mi cama, y nunca sonreía en año nuevo. No necesito contarte que un cuchillo en la carne no duele tanto como nada en la carne. No necesito que me recuerden que he fallado cuando los dos sabemos que ni siquiera estaba apuntando. Puedo esperar tres días a que despiertes y rezar una oración distinta cada día. Porque antes no tenia suerte y nunca sonreía en año nuevo.
Después de fallar en cada uno de los trabajos que me habían sido encomendados, y en casi todas las conversaciones y en muchas de las fiestas. Después de pasar algunas noches confundiendo el camino de regreso a casa con cualquier otro camino y teniendo en cuenta que mi ego sale y bebe y no es capaz de ser amable con la gente, solo me queda esperar que mi alma acabe en el mismo lugar al que ira el alma de mis perros favoritos. 

Ray Loriga.



De lo imprescindible de Amar a la Bomba.

Eres la silicona de Hollywood,
eres los bañadores rojos de los vigilantes de la playa,
eres todas las "E" en letras góticas mayúsculas del Erase de los cuentos,
eres el tupé de Élvis y la minoría de edad de Priscilla,
eres el olor de las panaderías a las 6 de la mañana,
eres la goma de la coleta que preludia una mamada,
eres los tacos en Tarantino,
eres los pitillos de la modernidad,
eres el hoyuelo de Travolta,
eres el salmón del sushi,
eres la peca de Marilyn y la Polaroid de Warhol,
eres la laca en los 70 y los tatuajes en los 80,
eres la guitarra de Keith Richards,
eres la falda de Sharon Stone,
eres el bigote de Dalí y la polla de Siffredi,
eres la mariposa que desencadena huracanes en mi Hong Kong,
eres la sal, el limón, y el tequila.

Museo de Histeria Natural

Pienso en comprarme una moto acuática cada vez que me deja esconderme entre sus piernas, que son muchas -las veces, y las piernas- porque ella lo tiene todo controlado.

Creo que alguien debería regalarle una granada de mano a la tía que sueña con explosiones para sentirse más viva y mientras las espera explota un poco por dentro cada día.

La electrocución también es una opción.

Me desmembré en seis partes e hice el poliamor.
¿Y por eso soy promiscua?
Qué de tonterías se dicen, carajo.

Catarsis

Dame una manta porque ya no soporto dormir destapada por las noches, me da igual que haga calor, no consigo dormir si no me tapo.
Si te paras a pensar en todo lo que has hecho, lo que no has hecho, lo que te queda por hacer, lo que han hecho otros, lo que podrían hacer o lo que podrían haber hecho, te mueres.

A veces la gente no tiene corazón.

El chico hacía malabares con la escopeta en los pies como si se encendiese un porro y tuviese que apartar el aire porque estaba convencido de que precisamente esa muestra de thc merecía arder en el infierno.
Los malabares los hacía con lo de dentro, no con las manos, pero colocaban tanto como el porro y tenían más gas que su mechero, la escopeta era de broma, pero te hacía BANG de verdad cuando era necesario, solo por si los malabares se descontrolaban y había que dejar de liarse a besos y empezar a liarse a tiros.