No estaba solo todo el tiempo pero casi
todas las inundaciones mojaban solo mis pies. No decía siempre la
verdad, pero no había nadie que descubriese mis mentiras. Solo tenía
un par de zapatos, pero me sobraban todos los pasos. Nunca pensaba en
serio que las cosas pudiesen mejorar y nunca sonreía en año nuevo.
No necesito que nadie me recuerde donde estoy ahora. No necesito a
nadie que marque con tiza todas mis caídas. Sabes lo triste que
resulta encontrarse con las sobras sin recordar la comida. Nunca pensé en caballos
rápidos ni en cartas altas. Aunque hubiese querido cantar nunca pasé
por debajo de tu casa. Mis autobuses no conocían tu calle y tus
carteros no recordaban mi nombre. Nunca soñé con tu cuerpo en mi
cama, y nunca sonreía en año nuevo. No necesito contarte que un
cuchillo en la carne no duele tanto como nada en la carne. No
necesito que me recuerden que he fallado cuando los dos sabemos que
ni siquiera estaba apuntando. Puedo esperar tres días a que
despiertes y rezar una oración distinta cada día. Porque antes no
tenia suerte y nunca sonreía en año nuevo.
Después de fallar en cada uno de los trabajos que me habían sido encomendados, y en casi todas las conversaciones y en muchas de las fiestas. Después de pasar algunas noches confundiendo el camino de regreso a casa con cualquier otro camino y teniendo en cuenta que mi ego sale y bebe y no es capaz de ser amable con la gente, solo me queda esperar que mi alma acabe en el mismo lugar al que ira el alma de mis perros favoritos.
Después de fallar en cada uno de los trabajos que me habían sido encomendados, y en casi todas las conversaciones y en muchas de las fiestas. Después de pasar algunas noches confundiendo el camino de regreso a casa con cualquier otro camino y teniendo en cuenta que mi ego sale y bebe y no es capaz de ser amable con la gente, solo me queda esperar que mi alma acabe en el mismo lugar al que ira el alma de mis perros favoritos.
Ray Loriga.